martes, 21 de abril de 2009

Iglesia de la Santa Trinidad y Santa María. Alarcón.


Parroquia de Santa María es la única que quedó como parroquia cuando las cinco que había se redujeron a una al final del s. XIX. Se construyó en el sigloXVI como búsqueda de templo ideal, muy influenciada por la mentalidad neoplatónica del renacimiento. La traza es un cuadrado enmarcado por doce columnas periféricas y sustentado por cuatro centrales. El ábside es ochavado. De las tres puertas que tiene la iglesia, la más importante es la del medio día, bajo un arco triunfal de columnas pareadas y bóveda de casetones, se aloja la espléndida fachada plateresca. Platerescos son también el retablo, el sagrario, la pila bautismal y la bóveda de estucos de la sacristía, obras de Esteban Jamete y su taller. A los pies hay un coro del s. XVIII, atribuido a José Martín de Aldehuela. En este recinto, el 4 de diciembre de 1981, se aprobó el estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha.
La Iglesia de Santa María quizás sea el monumento más importante de Alarcón, sin contar al castillo que atrae más por su construción que por su valor artístico. Fue declarada Monumento Nacional en 1981. Su construcción tuvo lugar entre los años 1520 y 1565 y en ella intervienen maestros de primer orden, entre ellos: Esteban Jamete y Pedro de Alviz, este último es a quien se le atribuyen las trazas de la iglesia. En cuanto a Jamete se ve su mano por toda la iglesia, destacando sobre todo la portada del medio día, que es sin duda una de las mejores de la provincia de Cuenca. Se comienza en torno a 1550, y es una portada plateresca preciosa, trabajada bajo un gran arco triunfal, lo que le da una mayor monumentalidad, a cuyos lados podremos ver dos columnas y entre ellas varias hornacinas vacías. Al adentrarnos en la iglesia lo que más nos sorprenderá es su grandiosidad y es que las anchas columnas y las grandes bóvedas góticas nos dan una gran sensación de espacio. Las tres naves son de la misma altura, y en este caso las columnas carecen de capiteles, por lo que los nervios de la bóveda arrancan como si fueran palmeras, lo que hace que la iglesia sea mucho más monumental. Destacan en su interior, sobre todo, el retablo mayor (1572), de enormes proporciones, considerado uno de los mejores de la región; la pila bautismal situada en la capilla de los Castañeda, al norte, obra del mismo autor que la portada; y el coro situado a los píes de la iglesia, del siglo XVIII, obra de José Martín de la Aldehuela.



La Iglesia de la Santa Trinidad. Es una iglesia de dos naves. La principal es del siglo XIII y tuvo un ábside ochavado al interior y circular por fuera, como el Monasterio de Monsalud; en la restauración se optó por un ábside plano. La segunda nave es una ampliación de principios del siglo XVI a la que también corresponde la importante fachada plateresca que se corona con los escudos de don Diego Ramírez de Villaescusa, obispo reinante, y el de don diego López Pacheco; segundo marqués de Villena. En la ampliación del siglo XVI se colocó una torre de tres cuerpos, con barandilla de balaustres ciegos en el remate, a los pies de la iglesia. Montaron la torre sobre arcos para respetar la calle.
Iglesia de Santo Domingo de Silos.




























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